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Aunque pueda parecerte insólito, desde sus orígenes, en la Grecia clásica, teatro y deporte han caminado siempre de la mano. Tal vez porque la performance física ha ocupado un papel primordial desde las raíces del teatro. O, quizás, porque ambas formas de expresión han compartido un espacio de actuación similar (el anfiteatro, lo más parecido a un estadio hoy en día) y se han basado en su espectacularidad para conquistar y entretener al público. ¿Lo crees así?
Según el dramaturgo italiano Carmelo Bene, el deporte y el teatro son muy parecidos porque son dos formas de expresión en las cuales se adopta un rol. Puede que conozcas algún estudio o ensayo que enumere las similitudes y los paralelismos entre estas dos expresiones culturales. En realidad, se han publicado muchísimos. Y en la mayoría de ellos se subraya que el deporte y el teatro comparten la espectacularidad, el directo del evento, la presencia del público y la rigurosa disciplina del entrenamiento para lograr el automatismo de cada gesto, repetido una y otra vez, alcanzando la fluidez requerida. ¡Piénsalo!

Asimismo, los expertos que describen las analogías entre el teatro y el deporte también subrayan la correspondencia entre las dinámicas que se establecen entre entrenador y atletas, y las que rigen la relación entre el director de una pieza teatral y sus actores.

La visión general que se extrae del conjunto de estas lecturas sobre la relación entre deporte y teatro es que se trata de dos mundos paralelos aunque afines y destinados a encontrarse muy a menudo. Pero, ¿dónde?

Si nos limitamos a rastrear la producción teatral de los últimos años en España, nos encontramos con numerosas obras de teatro que tienen el deporte como protagonista. ¿Te viene alguna a la memoria? ¡Más adelante, te la refrescaremos!

Antes, sin embargo, creemos que para lograr esta elevada presencia del deporte como materia apta para ser objeto de representaciones teatrales se dan dos factores esenciales: primero, el ya citado incremento de la práctica deportiva –fenómeno que, creemos, repercute en la creatividad de los artistas– y, segundo, las mismas analogías entre deporte y teatro que citamos al principio de este post.

Además, hemos detectado que el tono más común en este tipo de piezas suele ser el cómico. ¡Veamos algunos ejemplos!

Los principales referentes, al menos en España, de esta presencia de la temática deportiva en el teatro contemporáneo nos los brindó la compañía catalana Tricicle.

En mayo del 1986, la celebérrima compañía estrenaba, en el Teatro Principal de Alicante, el espectáculo Slastic. La obra –en formato de anuncio publicitario– tomaba como nexo una imaginaria marca comercial de artículos deportivos que servía como hilo conductor para acercarse al deporte, alejándose de cualquier alusión a los principales defectos del fenómeno deportivo: el espíritu competitivo y la violencia.

A raíz del extraordinario éxito de esta pieza, la compañía Tricicle fue invitada a interpretar, el 9 de agosto de 1992 (en el Estadi Olímpic de Montjuïc y en el marco de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92), un número sencillo que tuvo un impresionante impacto mediático. ¡Te contamos por qué!

Era el primer gag cómico que se hacía en una ceremonia de clausura de unos Juegos Olímpicos y fue presenciado en directo por millones de telespectadores de todo el planeta. Un ejemplo de sportainment que nos ilustra otro de los nexos existentes entre deporte y teatro: la frecuente presencia de los espectáculos teatrales como actividades de entretenimiento en el marco de los macroeventos deportivos.

Ahora te proponemos un reto: ¿y si hacemos un salto en el tiempo y analizamos el panorama creativo de los últimos 4 años? ¿Qué ves? Seguramente dirás que el tono cómico sigue siendo el registro predominante en la producción teatral inspirada en el deporte. ¿Es así? A continuación, te contamos qué vemos nosotras.

La compañía catalana Zinc estrenaba, en 2013, Marathon, un espectáculo lleno de humor en el cual cinco ineptos atletas hacían las delicias del público. ¡Y no nos parece casualidad que la compañía se inspirara en la maratón, una de las disciplinas deportivas más practicadas en la actualidad!

En la misma línea –optando nuevamente por el tono cómico y por la parodia de uno de los deportes más populares en la actualidad– se situaba el espectáculo Los Triathlones, de la compañía vasca Hortzmuga Teatroa, también estrenado en 2013.

¡Pero hay más! Un deporte algo elitista aunque igualmente muy practicado en la actualidad es el protagonista del espectáculo Glof, de los clowns de la compañía catalana Jam, actualmente en gira. En esta propuesta de humor gestual, un golfista y su caddie, sensibles al impacto sobre el paisaje que implica su deporte favorito, deciden utilizar calles, plazas y balcones de cada pueblo como terreno de juego. En este caso, el tono cómico se tiñe de polémica al denunciar la repercusión sobre el medioambiente de algunas prácticas deportivas. ¿No es esta, también, una de las finalidades últimas de cualquier propuesta cultural?

Volvamos al asunto que hoy nos ocupa. Dentro de una producción teatral de temática deportiva dominada principalmente por el tono cómico y satírico, destaca, en cambio, la producción PA.TI.N de la coreógrafa vasca Helena Golab, que se inspira en los deportes urbanos. Aprovechando la plasticidad del skate, este espectáculo, basado en una cuidada coreografía, nos sumerge en el universo de los recuerdos juveniles de unos amigos que se vuelven a encontrar, al cabo de los años, en su antiguo lugar de reunión: un skate park.

Después de este viaje, a vista de pájaro, sobre algunas propuestas en nuestro país que aúnan deporte y teatro, ¿te queda alguna duda de las posibilidades que ofrece la práctica deportiva a las artes escénicas? A finales del XIX, Nietzsche reivindicaba la música en los orígenes del teatro. ¿Y si hoy nos atreviéramos a reivindicar las reminiscencias deportivas en los orígenes teatrales?

Sea como sea, nunca nos cansaremos de investigar ni de estar atentas al panorama artístico, deportivo y cultural. En este post hemos querido transportarnos al pasado, a aquella lejana pero a la vez próxima Grecia a la que le debemos todo (o casi todo) lo que hoy somos. Y a la caza de todas esas manifestaciones que nos acerquen, un poquito más, a la esencia del deporte, exclamamos: ¡Nuevas ideas y propuestas: sois siempre bienvenidas!

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