En este post nos proponemos aportar algo de luz acerca de un sector del universo deportivo un tanto desconocido por el público en general. Se trata, sin embargo, de un fenómeno extremamente importante para quien, como nosotras, se propone investigar la vertiente cultural del deporte: los deportes tradicionales. Y tú, ¿cuánto sabes de ellos?
Como puedes imaginar, la escasa promoción de este abanico heterogéneo de prácticas deportivas —siempre fascinantes y, en algunos casos, curiosas— se refleja también en la red. Así que te invitamos a buscar información sobre los deportes tradicionales y te avanzamos lo que hemos podido encontrar: datos a menudo fragmentados que corroboran la percepción de que falta todavía mucho por recorrer para devolverles su merecido reconocimiento.
A continuación, queremos mostrarte un pequeño resumen de las principales informaciones que hemos podido encontrar en internet sobre los deportes tradicionales. ¡Desde aquí iniciamos el camino de descubrimiento de este fenómeno!
Se trata de un camino que queremos seguir en el tiempo, acompañadas y guiadas por ti, fiel lector/a. Así que te animamos a aportarnos sugerencias bibliográficas o cualquier otro comentario interesante que nos pueda ayudar a seguir investigando este universo tan interesante. ¿Empezamos?
En primer lugar, constatamos como en los artículos y las definiciones sobre los deportes tradicionales se mezcla, muy a menudo, el concepto de deporte con el de juego tradicional. Y nos quedamos pensativas reflexionando en el porqué…
Investigando un poquito más, descubrimos que este fenómeno se refleja en la misma denominación de algunas de las principales entidades que revindican la importancia cultural de los deportes tradicionales, como la Asociación Europea de Juegos y Deportes tradicionales. ¿La conoces?
Sin embargo, no hemos encontrado ninguna definición clara que nos evidencie las diferencias entre juego y deporte tradicionales. En muchos casos, la clasificación de estas actividades tradicionales como juego o como deporte nos parece arbitraria o, al menos, discutible.
De hecho, no siempre es fácil encontrar una razón intrínseca de la clasificación de cada una de las modalidades como juego o como deporte. La motricidad o el esfuerzo físico en la base de la actividad no parece ser siempre un criterio de clasificación unívoco.
Que el confín entre juego y deporte tradicional sea a menudo nebuloso nos lo ha confirmado también nuestra asistencia al principal evento europeo dedicado enteramente a los juegos tradicionales: Tocatì, Festival Internazionale dei Giochi in Strada, que se celebra cada mes de septiembre en la ciudad italiana de Verona. Este evento acoge en su programación juegos y deportes tradicionales, indistintamente, sin diferenciar con parámetros irrefutables las dos manifestaciones culturales.
Algo más cerca, visitando el Museu del Joguet de Catalunya de Figueres, tuvimos la misma percepción: muchos objetos y actividades, clasificados como juegos antiguos, podrían ser sin duda definidos como deportes antiguos. ¿Dónde está la frontera?
El hecho de que los deportes tradicionales compartan un espacio común y no siempre bien delimitado con los juegos tradicionales, se explica en parte porque ambos son una manifestación del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Los deportes tradicionales son un aspecto de las “tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes”.
Así, desde el punto de vista del léxico, a menudo se suele utilizar como sinónimo de tradicional el adjetivo autóctono, con la idea de subrayar su estrecha relación con el territorio y con la comunidad en los cuales se han generado. Los juegos tradicionales son “un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización”. Merecerían, por lo tanto, como otros aspectos de la cultura inmaterial más frecuentemente promocionados, una mayor atención por parte de todas aquellas instituciones que velan por la preservación de la identidad cultural de cada pueblo.
¡Pero no todo está perdido! Durante los últimos años, la Unión Europea parece haberse dado cuenta de su importancia. Encontramos rastros en el creciente compromiso del Intergrupo de Deporte del Parlamento Europeo para promocionar los deportes tradicionales como parte de la cultura europea.
Por otro lado, y circunscribiendo nuestro análisis a tres países europeos (Francia, Italia y España), nos damos cuenta de que aquellas regiones con mayor propensión a defender sus tradiciones específicas preservan y promocionan con mayor énfasis los deportes tradicionales (¡y, en algún caso, sacando más beneficio turístico!).
Es el caso, por ejemplo, de la región francesa de Bretaña, de la italiana Valle d’Aosta (que tiene su propia asociación de deportes tradicionales) o, en España, de comunidades como Asturias, Cataluña y el País Vasco.
Este último sea, quizás, el territorio español que mayor y mejor promoción hace de sus deportes tradicionales: estamos seguras de que muchos de vosotros y vosotras habréis oído hablar de los deportes rurales vascos, fruto de la adaptación de ciertas labores de campo, heredados de los ancestros, y todavía vivos y practicados en la actualidad.
Así que ahora nos preguntamos: ¿cuánto sabes tú del fenómeno de los deportes tradicionales? Seguro que entre las aportaciones de todos y todas salen nuevas ideas para seguir investigando y escribir otro post sobre el tema. O quizás sea solo un buen motivo para continuar hablando y conocernos un poquito más. ¿Seguimos conversando en la sección de comentarios? ¡Te esperamos!
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